Este libro lo dedico a “GIGI ( Luigi Sonego ), donde quiera que sea y esté, ese ser tan útil, que nos dejó tan temprano; el que supo ver lo que aún no estaba a la vista; el que me alentó antes de que hubiera iniciado el camino, y cuando nadie creía en mí.
A todos los “ACORRALADOS PERJUDICADOS”, muy especialmente a aquéllos que han compartido conmigo su humillación, su impotencia y su dolor, y por supuesto también a aquellos otros, que por mi intermedio, aún reclaman ante los estrados, Justicia.
A TODOS LOS ANIMALES del mundo, domésticos o no, con los que estoy en deuda, y por quienes prometo abogar, si algún milagro me diera otra forma de vida, u oportunidad.
A quienes ME ANTECEDIERON, personas valiosas a las que intento imitar.
Y a MIS HIJOS, y a quienes los sigan, para que ya sea en la increíble y múltiple actividad, o en la de solo surcar y mirar el cielo, persigan y encuentren la armonía interior y exterior.
Por lo que manifestaré en el Capítulo 32, también dedico esta segunda edición, a un ser de inteligencia privilegiada, JUAN LEANDRO BERTUCH.
A todos los “ACORRALADOS PERJUDICADOS”, muy especialmente a aquéllos que han compartido conmigo su humillación, su impotencia y su dolor, y por supuesto también a aquellos otros, que por mi intermedio, aún reclaman ante los estrados, Justicia.
A TODOS LOS ANIMALES del mundo, domésticos o no, con los que estoy en deuda, y por quienes prometo abogar, si algún milagro me diera otra forma de vida, u oportunidad.
A quienes ME ANTECEDIERON, personas valiosas a las que intento imitar.
Y a MIS HIJOS, y a quienes los sigan, para que ya sea en la increíble y múltiple actividad, o en la de solo surcar y mirar el cielo, persigan y encuentren la armonía interior y exterior.
Por lo que manifestaré en el Capítulo 32, también dedico esta segunda edición, a un ser de inteligencia privilegiada, JUAN LEANDRO BERTUCH.
Alejandra Belmartino